Bruit du Frigo. Quai de Queyries, playa temporal, jardín de las murallas, Le Brasero. Burdeos. Francia
May 24, 2012
Bruit du Frigo es una estructura que agrupa a profesionales procedentes de varias disciplinas (arquitectura, urbanismo, arte, comunicación, paisajismo, sociología...) y cuyos equipos se organizan según las necesidades de cada proyecto.
Quai de Queyries
Durante cuatro días, Bruit du Frigo ocupó una pequeña zona del parque, intensificando la actividad al introducir usos poco habituales. El revulsivo tuvo éxito, y los ciudadanos participaron masivamente en la experiencia. La breve intervención sirvió sin embargo como germen para las acciones que se han sucedido en la ciudad por espacios durante más tiempo.
Playa temporal
El vacío aguarda la construcción de un equipamiento permanente. La financiación fue fruto del partenariado entre diferentes administraciones locales y regionales. Se trata de otra de las intervenciones que tuvieron lugar dentro del programa Les lieux possibles, y puso en marcha un proceso de participación de un año de duración que involucró a vecinos, autoridades y diseñadores. Juntos alimentaron el programa de necesidades no sólo de la acción temporal sino del futuro equipamiento.
Jardín de las murallas
El lugar, perteneciente al Ministerio de Defensa francés, es un espacio en muy buen estado de conservación, con árboles de gran porte y una pradera acogedora. Estaba cerrado al público por una tapia, pero los autores obtuvieron los permisos necesarios para demolerla parcialmente. Por motivos de seguridad, se permitió una ocupación máxima de cuarenta usuarios a la vez, y durante tres semanas el jardín acogió usos compartidos, definidos en un ambicioso y detallado calendario de actividades.
Le Brasero
El área es ya objeto de un plan municipal de reforma encaminado a diversificar usos y mejorar el patrimonio construido. El colectivo Bruit du Frigo ha preferido instalar un aula al aire libre en el corazón del barrio, para sentarse con los vecinos, sondear cuáles son sus verdaderos deseos, y permitirles proponer ideas, ya sean realistas o totalmente utópicas, sobre la ciudad donde quieren vivir.
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