Miestakes
May 29, 2008
Artículo realizado por Rem Koolhaas, publicado en a+t 23. Nueva Materialidad I
Problema. De acuerdo con las estadísticas, un o una estudiante y sus padres deciden, a los cinco minutos de su llegada, si solicitan plaza en una universidad o no.
Sometido a esa prueba, el campus del Instituto de Tecnología de Illinois de Mies van der Rohe tiene algún que otro problema.
El campus del IIT es una obra maestra invisible al ojo contemporáneo. La obra de Mies pasa desapercibida si no se dan las explicaciones correspondientes.
Firma
Para cambiar las tornas a ese declive de popularidad, se organizó, en 1997, un concurso para un nuevo Centro de Estudiantes.
En la documentación que entregaron Zaha Hadid y Peter Eisenman, aparecen soluciones que están desplazadas hacia el sur del centro geográfico del campus con el fin de enfrentarse directamente al Crown Hall. Ignoran la meditación de Mies sobre lo genérico y están a favor de arquitecturas únicas y heroicas que constituyan un punto de partida radical para el campus.
¿La grandeza de Mies es “sostenible” al lado de la obra maestra de tipo medio de finales del siglo XX? ¿Puede lo típico sobrevivir a la firma, ni siquiera cinco segundos?
Limpieza
Yo no respeto a Mies, amo a Mies.
He estudiado a Mies, excavado a Mies, reensamblado a Mies. He incluso limpiado a Mies.
Como no reverencio a Mies, estoy peleado con sus admiradores.
Las villas de 1930 se pueden leer, no como entidades individuales, sino como fragmentos de una condición urbana. Mies es romano; Las villas de Berlín encajan entre ellas de una manera tan entregada como sus gemelas de Pompeya.
Nadie, especialmente en Chicago, habla de la calidad de Mies como urbanista.
Es la ambigüedad maravillosa del campus del IIT lo que hace que el estatus de su sustancia edificada oscile entre objeto y tejido, lo que hace que sus módulos lleven implícita su potencial ampliación y pese a todo, acaben además, enfáticamente, lo que hace que sus estructuras oscilen indecisas entre un primer plano en recesión y un fondo destacado.
El campus del IIT se concibió en 1939, se construyó inicialmente por Mies entre 1942 y 1958 y se “terminó” por sus acólitos desde 1958 hasta 1968.
En el planeamiento preliminar, Mies empleó un muro de edificios genéricos, lineales para encuadrar un patio en el que se incluían dos edificios tipo Crown Hall.
Lo genérico se usaba como escenario para las piezas del decorado. En el plan definitivo, los edificios del fondo pasaron a primer plano, –tratando al escenario como una pieza del decorado.
Mies no diseñó edificios independientes, sino una condición sin forma que pudiera manifestarse como edificio en cualquier emplazamiento y ser (re)combinada bajo un número infinito de configuraciones.
Aislado
En su estado actual, el IIT de Mies está aislado.
La crisis verdadera del IIT no es debida a su relativo descuido y negligencia a los que ha sido sometido, sino a la desaparición de la ciudad, Chicago, en torno a él.
Su anulación brutal ha convertido el campus en una tabula rasa metafórica rodeada por una tabula rasa auténtica; la desaparición de la ciudad ha borrado el suelo bajo los pies de Mies.
Aislado II
El Commons se pretendió que fuera un objeto en un contexto diseñado.
Desde su construcción, la banda de terreno que se enfrenta al campus de Mies, situada en el lado este de la calle State se ha convertido en un espacio abandonado y ahora está completamente dedicada a aparcamiento.
El encuentro entre la solitaria caja de Mies y el paso fugaz y veloz del tren “L” es tan absurdo como la evocación del conde de Lautréamont sobre el encuentro fortuito entre un paraguas y una máquina de coser, un pastiche surrealista. Sin contexto, el Commons se ha convertido en un no-acontecimiento.
El Commons está perdido en una tierra de nadie, es un edificio en el vacío, doblemente aislado en el amplio espacio en ruinas del campus.
Financiación
El Commons comenzó por una carencia de financiación.
“(Debido a) la incapacidad del IIT para conseguir los fondos necesarios para la Student Union, la pieza compañera de la Biblioteca y uno de los dos edificios con carácter público del campus, el Commons se apropió de muchas de las funciones incluidas en la Student Union.”*
El proyecto original del Commons aludía a un “centro recreativo” para el campus del IIT, incluyendo un comedor, una tienda de ultramarinos, una peluquería, una lavandería y posiblemente una zona al aire libre.
Desinteresado por el programa, Mies abandonó el diseño en manos de Gene Summers, el arquitecto al cargo del proyecto, y rechazó tomar en consideración el trabajo hasta que Summers hubo propuesto la creación de un centro comercial cerrado.
* Carta de Phyllis Lambert al autor
Lealtad
¿Es lícito matar?
Mies necesita ser protegido de sus defensores.
En 1986, el Pabellón de Barcelona se reconstruyó en colores. Con esta resurrección, se mató su aura. (En la historia de la arquitectura el edificio permanece en un terco blanco y negro.)
La mitad de los años ochenta coincidió con la apoteosis inicial de la economía de mercado.
¿Es esto una coincidencia? ¿Ha sido utilizado Mies dentro del marketing de la ciudad?
Una utilización que ha ido desde el homenaje hasta la ofensa, en nombre de la memoria y el respeto.
En la economía de mercado, el shopping es lo que sustenta el ámbito de lo urbano. Una gran parte del Pabellón es actualmente una tienda de recuerdos.
“¿Cómo ha sido tratado Mies por el mundo? El Pabellón de Barcelona… ha sido reconstruido y es ahora una gran atracción.”*
* Carta abierta de John Vinci, el mayor oponente oral al proyecto de OMA, enviada al IIT “en defensa” del Commons
Solución
El hecho de incorporar el Commons al Centro de Estudiantes ha generado contexto y volúmen. Los ajustes que han sido necesarios para esta nueva coexistencia fueron proporcionalmente menores comparados con el abuso al que el edificio ya había sido sometido. De hecho, conectándolo a nuestro proyecto, hemos podido obtener los dólares necesarios para restaurarlo. De manera conjunta, el Centro de Estudiantes consolidado se ha convertido en un bloque urbano que podría comenzar a restablecer la pretendida dialéctica miesiana entre lleno y vacío, entre ciudad y campus.
Solución II
Algunos años después de su concepción aparentemente indiferente y de la negligencia posterior, el Commons se convierte de la noche a la mañana en una obra maestra, sólo por el toque (la amenaza) de OMA.
Vinci: “¿Qué pasa con los que tenemos que convivir con este tipo de vandalismo? ¿Cuál será el futuro de la conservación de edificios históricos?”
En los años sesenta, la cultura americana estuvo impulsada por su preferencia por lo embalsamado, en vez de por lo auténtico. En lugar de utilizar el Commons de manera potente, nuestros críticos proponen convertirlo en un “centro de visitantes” para ensalzar su dignidad (de manera retroactiva).
La solución final para lo miesiano: salvarle la vida supone rescatarlo por medio del turismo.
Vinci: “Existen funciones más compatibles con el Commons que no violarían su arquitectura… ¿Por qué no se considera la idea de situar el Club Universitario y el Centro de Información sobre Mies en el Commons con otros servicios que sean compatibles? Sería un lugar maravilloso para experimentar la arquitectura de Mies.”
* Carta abierta de Vinci
Falta de compromiso
Se pusieron en marcha unas negociaciones con el fin de “minimizar” un compromiso que pudiera aportar una nueva vitalidad.
La Agencia para la Conservación del Illinois Histórico: “El tratamiento que se dé al entorno inmediato del edificio Commons es clave para minimizar el efecto del nuevo diseño sobre el edificio histórico.”
Cada desayuno con los miesianos añadía nuevos ingredientes para el desacuerdo, para el desacople.
Y por parte de Vinci: “Por favor, decidle a Koolhaas que yo no soy ningún monstruo que intente destrozarlo.... Algún día tendré que encontrármelo... y no quiero tener que golpearlo en la nariz.”
“Pídanle a Koolhaas que aparte su edificio dos crujías del Commons hacia el sur. Eso no tiene por qué cambiar sus planes o incrementar el coste de ninguna manera.”*
* Carta enviada al autor.
Patio de comidas
“Otros” se permiten las libertades que se le niegan al arquitecto. Mientras OMA se estaba peleando por la Historia, el IIT aceptó que el especialista en comidas tuviera vía libre para especular sobre la reconfiguración de Mies en un contemporáneo patio de comidas.
Sus bocetos estaban alentados por su osadía, su energía y su inocencia, pero eran incapaces de ser detectados por el radar del arquitecto. Únicamente los arquitectos somos capaces de ensuciar la arquitectura.
Proximidad
En todas mis visitas a Chicago, sólo aprendí una cosa nueva sobre los miesianos, o más bien dos.
Una, Mies recibió una vez una carta de Hugh Hefner pidiéndole que le hiciera la sede de Playboy –Mies dijo que no, por razones que ya no son conocidas.
Dos. El taller de maquetas de Mies tuvo, durante los años cincuenta y sesenta, una imagen (ampliamente expuesta) de los estudios fotográficos de la revista Playboy–, la arquitectura de Mies y la primera generación de playmates se fabricaron conjuntamente en una voyeurística proximidad.
Es exactamente ese tipo de proximidad la que proponemos para el Centro de Estudiantes y el Commons, y es la que los miesianos quieren deshacer.
Lapidario
Puede que exista una regla que diga que los dogmas los establecen aquellos que son más propensos a violarlos.
La obra de Mies tenía una esencia de falta de forma, de amorfia, de nadería, de perversión y de ansiedad, debajo de un manto oculto de serenidad.
Mies, con eso de nunca “explicarse” a sí mismo excepto en los términos más lapidarios, nos condenó a todos –especialmente a sus íntimos– a adivinar sus motivos en una segunda lectura.
A Mies se le han malinterpretado sus textos con (demasiada) ligereza. ¿Hasta dónde llega la culpa de Mies –sus pronunciamientos, su ejemplo, su método, su aura–, en la propia malinterpretación de sus textos?
La fusión que Mies realizaba de lo sublime y lo genérico en un nuevo híbrido era una forma de alquimia, un experimento de laboratorio que nunca podría ser duplicado por otros, no podría ser nunca verificado. Mies es una ciencia basada esencialmente en la fe.
¿Es la fuente original responsable de la inteligencia de sus seguidores? ¿Hubiera podido Mies haber evitado la diseminación de la Caja que, en los sesenta y setenta, amenazó con apoderarse de la esencia del original en una avalancha de reproducciones?
La educación puede ser entendida como una trama: puede ser que Mies en el IIT estuviera siempre un poco alentando lo genérico y prefiriera guardar lo sublime para sí mismo.
Acertijo
Esta imagen es un acertijo. Después de, al menos, veintiséis horas de escrutinio acumulado, no ha revelado, pese a todo, el secreto de su impacto.
Es la única fotografía del Edificio de Investigación sobre Metales y Minerales en circulación. ¿Cómo sacó a relucir Mies tanto control? ¿Hay otro arquitecto moderno que insista tanto en la perspectiva? ¿Es Mies la (enorme) figura que está al lado de las puertas gigantescas? ¿Cuál es el significado del coche con curvas voluptuosas?
Auto injurias
Sin embargo, Mies no estaba en contra de la modificación.
En 1956, mucho antes del debate sobre el Commons, la oficina de Mies ya había ampliado el Edificio de Investigación sobre Metales y Minerales con una brusquedad muy poco sentimental.
Mies vigila
Entretanto, una investigación más precisa ha descubierto que el Commons ha sufrido una serie de horribles modificaciones, sin que existiera ninguna protesta audible por parte de la comunidad arquitectónica.
De 1953 a 1999, se produjeron en el Commons “original” más de treinta intervenciones: tubos de desagüe, cuartos de instalaciones (en la cubierta) –una interminable serie de abusos.
El interior estaba completamente irreconocible. El vidrio se había convertido en lana de roca; lo que había sido un pabellón simétrico, se transformó mediante una mampara asimétrica en un local de pizzas.
Lo que fue un edificio prístino en su orden compositivo y en su integridad volumétrica había sido drásticamente modificado por elementos horizontales aleatorios colocados en la cubierta, unidades de aire acondicionado añadidas con indiferencia, tubos de drenaje haciendo estragos en las simetrías.
En cierto modo, esto era el triunfo del deseo miesiano: todo puede ser o no ser nada.
El Commons sobrevivió con impasibilidad olímpica, en un encuentro a solas, a esa usurpación de lo pragmático, a ese flujo de la verdadera vida.
La transformación completa la produjo “el Mies vigila” de sus acólitos. Su olvido permitió alteraciones realizadas por otros (electricistas, “expertos en alimentación”) de manera que quedaran fuera los límites meticulosamente conservados de la conciencia arquitectónica.
De acuerdo con Vinci, “Hasta la fecha, ningún arquitecto posterior ha pretendido alterar o adosar nada a ninguna otra arquitectura original de Mies.”
Desfigurado
¿Cuándo es Mies más bello, desfigurado o restaurado? ¿Como ruina o como reconstitución? El Commons podría leerse de dos maneras: un pabellón elegante, sorprendentemente complaciente, que Mies intentaba que fuera “común”, para absorber todos los embates que le lance la vida estudiantil –para sufrir retroalimentaciones brutales, con cada unidad como un añadido a una composición siempre inacabada y al final aleatoria; o como un icono patéticamente martirizado, lleno de heridas, cicatrices y degradaciones legibles.
En la primera lectura, el Commons se convierte retroactivamente en parte del Centro de Estudiantes. El escenario santificado sólo puede llegar a la cumbre en su segundo intento.
Artículo publicado en a+t 23. Nueva Materialidad I
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