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“El ladrillo klinker, que había sido usado por el movimiento Arts & Crafts, -uno de los más vituperados por el Moderno- es el material elegido por Ignazio Gardella para revestir los muros de las Viviendas Borsalino, en un gesto ostensible de colocar un piel continua delante del cerramiento. Con el paso del tiempo es difícil percibir la ruptura que supuso una decisión semejante. Es necesario repasar las obras de la época para visualizar la primacía absoluta que tuvo la arquitectura blanca en vivienda colectiva a partir de los años 30 y calcular la repercusión que pudo tener, en ese paisaje que se extendía por toda Europa, la visión de un volumen que, siendo claramente arquitectura contemporánea, decide utilizar un elemento tradicional como el ladrillo para modular toda la fachada”. a+t research group

Ilustraciones y texto extraídos del libro 10 Historias sobre Vivienda Colectiva