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Los vacíos intersticiales son a menudo colonizados por especies invasivas que crecen de forma de forma espontánea. El proyecto rinde homenaje a la vegetación ruderal y su valor estético, identificando las diferentes especies encontradas en las inmediaciones para implantarlas en este solar abandonado.
En algunos puntos, la solera ha sido perforada para permitir la plantación de margosas de mayor porte. Ante la dificultad para ejecutar el cierre previsto para las fosas de plantación, el constructor propuso la utilización de neumáticos encontrados en el lugar. Alrededor de ellos se acumularon los escombros procedentes de los elementos derribados, con los que se conformó una nueva topografía, recubierta con asfalto. En los montículos se insertan jardineras para plantaciones de menor porte.

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