Esta singular operación de intervención en un casco histórico basa su razón de ser en la complicada inserción de los elementos de viviendas dentro de todo un desarrollo, que gira en torno a la rehabilitación del mercado.
El programa de viviendas para mayores densifica la población del tejido ya colmatado, pues al tratarse de unidades de reducidas dimensiones, ahorran el espacio extra que existe en las viviendas habitadas por personas solas. La modestia con que las viviendas se pliegan a la espectacular cubierta de cerámica, las empuja hacia el plano del caserío existente, sufriendo algunas fachadas las consecuencias de esta situación comprometida. Por otra parte, la adaptación de cada vivienda a una volumetría y estructura tan complejas es cuestionable.
Fotos realizadas por Javier Arpa.