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El Supercubo, que forma parte del conocido conjunto residencial de 38 viviendas construido por Piet Blom en 1982, llevaba treinta años vacío. La fundación Exodus, de carácter privado y sin ánimo de lucro, que se dedica a conseguir cobijo y facilitar ayuda a expresidiarios, ha sido la encargada de gestionar la transformación de este volumen en una residencia colectiva para 21 personas en la fase final de su detención. La introducción de un nuevo elemento central multifunción ha permitido reordenar el interior sin que el cambio se aprecie desde el exterior. La intervención ha conseguido resolver los problemas de discontinuidad, de comunicación y de iluminación iniciales con la creación de un vacío de 3 por 3 metros en toda la altura. Se espera que este denso y valiente uso residencial se integre bien con los habitantes de los otros cubos, con los voluntarios que participan en el programa de ayuda y con las empresas asentadas en la zona.

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